28 de Octubre del 2023- Tras el paso del huracán Otis, el pasado 25 de octubre por la madrugada, el otrora paradisiaco puerto de Acapulco, en el estado mexicano de Guerrero, no solo ha quedado completamente destruido sino en el abandono.
Otis tocó tierra como ciclón de categoría 5 con vientos sostenidos de 161 MPH y rachas de hasta 195 MPH, por lo que es el más potente que ha azotado la costa del Pacífico mexicano desde que se tiene registro.
Hoteles, casas, restaurantes, hospitales y comercios ubicados tanto en el área costera como en las poblaciones aledañas a la zona turística han quedado en ruinas. Las cifras oficiales indican que, hasta ahora, hay 27 personas fallecidas y cuatro desaparecidas.
Las escenas en las calles de Acapulco no pueden ser más desoladoras. Miles de personas, incluidos turistas mexicanos y extranjeros que han quedado varados, deambulan sin rumbo en busca de comida o agua potable. No es posible comprar víveres porque las tiendas quedaron arrasadas y lo poco que quedó en algunas de ellas ha sido saqueado.
La Guardia Nacional se mantiene a la expectativa ante los actos de rapiña que se han registrado. Su presencia se ha limitado a limpiar la ciudad de escombros y lodo.
Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que se destinará el presupuesto que sea necesario para reconstruir el puerto, hasta ahora la población se queja de que la ayuda federal no ha llegado. La lenta respuesta de las autoridades ha aumentado la frustración y el enojo de los residentes de Acapulco que culpan también al gobierno de no haber alertado a tiempo a la población de la inminente llegada del huracán.
Se teme que la falta de agua potable y de alimentos desencadene epidemias y hambruna. Varios expertos estiman que la reconstrucción del puerto tomará meses y costará por lo menos 15 mil millones de dólares.